LOS GRANDES OLVIDADOS DE LA GASTRONOMIA VASCA

| nº 185 | febrero 2020
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Cuando acudimos a un bar o un restaurante y comemos o bebemos un café o una cerveza, tendemos a dirigir nuestras alabanzas o críticas a quien nos lo sirve o a los propietarios o responsables del establecimiento, pero pocas veces nos paramos a pensar que si ese café está ahí, o si ese alimento tiene una calidad excepcional es porque alguien lo ha entregado formalmente y a tiempo para que nosotros lo disfrutemos, en el primer caso, y porque una empresa de alimentación se ha preocupado de seleccionar ese manjar entre otras muchas posibilidades que ofrecen productores y mayoristas, en el segundo.

Esa es la labor que viene realizando, de manera discreta y muchas veces anónima, el gremio de la distribución, un gremio que queda totalmente oculto para el consumidor, pero que muchas veces tiene una responsabilidad tan grande o más que la del empresario de hostelería a la hora de conseguir que nuestra experiencia en un local concreto sea un éxito o un desastre. 

Como nos subrayan los responsables del sector en el reportaje que les dedicamos en las páginas 34 a 36 de este ejemplar de Ondojan.com, “no nos limitamos a transportar y entregar mercancía sino que nuestra relación con los cocineros y cocineras va mucho más allá. Somos los que les ofrecemos por primera vez las últimas novedades del mercado, somos quienes les hacemos estar al tanto de las últimas tendencias, somos quienes les presentamos y les damos a probar los últimos productos vitivinícolas...” Certeras palabras que dejan claro que la selección y distribución es una importante pata en la que se apoya también nuestra exitosa y laureada gastronomía.

Año tras año los distribuidores han tenido que afrontar en solitario múltiples problemas relacionados con las restricciones de aparcamiento, peatonalizaciones, peajes horarios de acceso a ciertas zonas de la ciudad, multas... por no hablar de otros problemas comunes a otros sectores como las necesidades de personal, la morosidad... y no son pocas las empresas que toman parte en este sector. Son innumerables las ramas del árbol de la distribución y su labor resulta imprescindible para que nuestros establecimientos puedan realizar en condiciones su labor.

La nueva década que se inicia a finales de este año trae con sí nuevos retos a los que la distribución tendrá que responder y la mejor manera de hacerlo es la unión. Ese es el motivo por el que varios empresarios han decidido relanzar GIBAK, la Asociación de Distribuidores de Gipuzkoa, que resurge dispuesta a ser una referencia de este sector que no se limita a furgonetas mal aparcadas y personas pidiendo paso con carritos, sino que consigue, con su labor ingrata y poco valorada, que nosotros disfrutemos un poco más de la vida.

 

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ESTUPIDO CONCIENZUDO


JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com