DE RUTA SLOW POR ARCOS DE QUEJANA
Junto al restaurante puede visitarse “La Robleda de los Sueños”, único bosque visitable del país que unifica obras de arte en sus robles.
Cada vez nos maravillamos más de la suerte de país que tenemos de Norte a Sur y de Este a Oeste. En primer lugar, por la naturaleza que nos rodea, por nuestro mar Cantábrico, por sus variopintas comarcas… Hoy nos acercamos a una de ellas, la del Valle de Aiala en territorio alavés colindando con Bizkaia. Nos acercamos hasta Quejana donde convergen tres aspectos que, desde una óptica Slow Food, nos apasionan: el arte, la cultura, y la gastronomía, que casi, casi… vienen a ser lo mismo, ciertamente. Hoy nos centraremos en la primera.
Invitados por el “alma mater” del Hotel-Restaurante “Arcos de Quejana”, Angel San Mamed, conocemos en primer lugar “La Robleda de los Sueños”, único bosque visitable del país que unifica obras de arte en sus robles. En el año 2020, Arcos de Quejana cumplía 25 años y este gallego de Allariz afincado en Euskadi desde hace media vida ideó que el Bosque Solidario podía vestirse para la ocasión con colores vivos y además sus robles engalanados podían hermanarse con diferentes causas sociales para así cobijar bajo sus ramas aquellas causas que preservar e incentivar. Dicho y hecho: hoy en día son ya 26 robles, 26 pintores y 26 asociaciones/fundaciones benéficas las que conforman el proyecto cuya Comisaria es Sonia García, y que, además, cuenta con el pintor José María Pinto, como gran “culpable” de reunir a las personas que, con su arte, poblan esta robleda.
Por cierto, ya se puede ver y tocar, en parte, este espectáculo gracias al original libro de arte específico de “La Robleda de los Sueños”, en el que se ilustra el trabajo de los pintores en el bosque, sus sensaciones en el momento de pintar, su propia interpretación de su obra y cómo se germinó la idea. En este homenaje a la obra de los artistas han intervenido José María Arenaza, catedrático de Historia, Massimiliano Tonelli, catedrático de arte.
Y ya que estamos allí, qué mejor que dejarse llevar por el menú gastronómico de un restaurante como “Arcos de Quejana” que tiene el certificado Slow Food por su apuesta por los productos de temporada. Un restaurante que es más bien un Palacio del siglo XVII, con obras pictóricas de artistas, exposiciones temporales de pintura… Y ojo que el exterior del hotel acoge el mural “Homenaje al Japón” y la gran escultura-fuente “Flor de Vida” de otro artista de renombre como es Santxotena. Y en breves fechas verá la luz también el Conjunto Monumental de Quejana.
Pues eso... arte y gastronomía. De esta última hablaremos otro día…
LA RUTA SLOW
AITOR BUENDÍA
Eibarrés, Vitoria-Gasteiz
Comunicación y Slow Food
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