UREPEL: UN CLÁSICO MUY BIEN RECUPERADO
- Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
"Quién me iba a decir a mi cuando acudí a La Muralla a 'hacer unos retoques' que terminaría no sólo dirigiendo el restaurante, sino que me animaría a reabrir el Urepel"... Así se expresa Mª Eugenia Bozal, agotada pero satisfecha, tras casi un año al mando de este emblemático restaurante situado al borde de la desembocadura del Urumea, frente al Palacio Kursaal, en pleno Paseo de Salamanca.
El caso es que Mª Eugenia es de esas mujeres que no se arredra ante nada y que asume los retos con una elegancia y una profesionalidad poco comunes en el mundo de la hostelería local. Y reabrir el Urepel no puede ser calificado de otra manera: un reto, pues estamos hablando de un establecimiento que muchos no dudaban de calificar como el mejor o uno de los mejores restaurantes de Donostia, un local que forma parte de la historia gastronómica de la ciudad.
Mª Eugenia dirige hace años La Muralla, el precioso restaurante de la calle Enbeltran inaugurado por su hermano, el chef Iñigo Bozal, que hoy día dirige los fogones de La Fábrica, en la calle Puerto. Una conversación con Estrella de la Cruz, viuda de Tomás Almandoz, quien fuera el propietario y jefe de cocina del Urepel, bastó para animarle a hacerse con el emblemático restaurante, que llevaba cerrado más de tres años. Dicho y hecho, el 4 de diciembre de 2015 se volvía a abrir la persiana, manteniendo la estructura y la apariencia de siempre, solo que con una decoración ligeramente más minimalista frente a los tonos asalmonados y el ligero barroquismo anterior.
Y es que Urepel mantiene el nombre, pero no pretende ser una continuación del establecimiento anterior. "Sí queremos que se nos siga teniendo como un referente de buena cocina pero nuestro concepto es diferente" advierte Mª Eugenia a quien acuda a su restaurante pensando que va a encontrarse con el mismo local y la misma cocina que cuando frecuentaba el mismo hace una década. Para empezar, Mª Eugenia ha apostado por el sistema de carta cerrada que tan buenos resultados le ha reportado en La Muralla. Así, de lunes a viernes, podemos optar por un entrante, un principal y un postre al precio de 28 euros (IVA y bebida aparte) y los sábados y domingos la misma fórmula, aunque con platos más elaborados, tiene un coste de 38,50 euros. Asimismo, entre semana podemos disfrutar de un menú degustación (Aperitivo, dos entrantes, pescado, carne, sorbete y postre) al precio de 35 euros, y los fines de semana por 42. Además, encontraremos diferentes opciones de picoteo para compartir en la mesa, como el Plato de ibérico cortado a mano con pan de cristal, aceite picual y tumaca, las Croquetas caseras o las Guindillas de Ibarra, entre otras.
Igualmente, la carta cerrada ofrece una serie de "platos caprichosos" que varían en función de la estación y el mercado. Dichos platos suponen un pequeño incremento sobre el precio del menú: Atún rojo con chutney de mango y emulsión de piquillo, Kokotxas de merluza con almejas en salsa verde, Solomillo asado con foie a la plancha, Txuleta de viejo... Eso sí, no vayan a pensar que los platos de la carta desmerecen a los caprichosos. Leer la oferta de Urepel es una mezcla de deleite ante el enunciado de los platos y angustia al no saber qué pedir, con tentaciones, en el menú entre semana, como Arroz cremoso de setas y hongos con foie a la plancha, Salteado de verduras con crema de calabaza al aroma de cardamomo y huevo a baja temperatura, Carrilleras de retinto con setas confitadas y crema de patata al aroma de romero, Tiramisú de San Gimignano desestructurado... En lo que respecta al menú de fin de semana, tres cuartos de lo mismo: Pochas tiernas de Sanguesa con almejas y kokotxas de bacalao, Arroz meloso de txipiron y carabinero con crujiente de wakame y alioli de erizo, Lomo de merluza en salsa verde con almejas, Paletilla de cordero a baja temperatura con puré de castaña, alioli de reineta y tubérculos crujientes, Surtido de quesos vascos... todo un alarde de producto y toques actuales cuidado y tentador a más no poder.
Nuestra degustación: presentación, sabor y calidad
Nuestra degustación comenzó con una finísima antxoa del Cantábrico (1) deliciosamente marinada sobre tosta de queso fresco, seguido de unas jugosas croquetas caseras de ibérico (2) de las que nos sorprendió la original y exquisita guarnición de yuca y boniato que las complementa a la perfección. Siguió un salmorejo (3) perfectamente emulsionado acompañado de frutos secos, una rodaja de pulpo y un oportuno helado de mascarpone, tras el cual se sirvió un ravioli de txipirón (6) jugoso y fundente sobre una crema de cebolla al aroma de Somontano.
Continuó la degustación con dos platos "caprichosos": Los Callos y morros (4) "juntos pero no revueltos" que nos maravillaron por su exquisitez y su trabajada elaboración, así como por la manera de presentar el morro, cortado en taquitos y frito hasta quedar crujiente, y el Pichón de Bresse (5) en dos cocciones con quinoa y bulgur, uva y melón al moscatel, una auténtica delicia, hecho en su punto, sangrante y jugoso, servido sobre una cama de quinoa que, más allá de la decoración, aporta un sabor y una textura que complementa a la perfección al ave.
Finalizamos con dos grandes postres: un adictivo arroz con leche (7) con helado de vainilla y un Milhojas de crema pastelera (8) con un contundente sorbete de albaricoque. Dulce final a una degustación que colmaría las expectativas de cualquier amante de la buena cocina. Nos encantó tanto la elección de los platos como su exquisita presentación y su muy lograda ejecución, con unos acertados puntos de cocción y emulsión de las salsas. El servicio, a la altura de lo servido en el plato, es atento y profesional.
Urepel cuenta con capacidad para 80 personas, resultando ideal para acudir en familia, en pareja... incluso cuenta con una zona en la planta superior en la que puede prepararse un reservado para 12 personas ideal para pequeñas bodas, celebraciones familiares o reuniones de trabajo.
Un restaurante, además, que no solo maravilla por su oferta gastronómica y su servicio. Mª Eugenia Bozal es decoradora, y se nota su buena mano en la fina pero evidente regeneración del local. Urepel es ahora más luminoso y menos cargado, y eso que se han mantenido muchos detalles significativos de la decoración anterior, como la imponente barandilla de acceso al piso superior, proveniente del ya cerrado Hotel Biarritz, el vistoso remero en madera a la entrada del local, o la práctica y coqueta bodega. Hay que destacar también que todas las fotografías y cuadros que decoran las paredes son obra de fotógrafos y pintores vascos.
UREPEL
Pº Salamanca, 3 - DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN
Tf: 943 42 07 23
www.restauranteurepel.com